
Buscando con recelo diligentemente tu rostro
hasta donde mi mirada alcanzará
Encima de los prados, más lejos que el desierto
y te he hallado.
No escondas de mí tu mirada, huyamos juntos
al lugar lejano, sin nombre,
donde la conquista sea nuestra
y puedas llamarme princesa.
La mañana ahora pinta, desde la ventana la puedo ver.
¿Estás preparado? …Salgamos ya de aquí.
Ven, embriaguémonos de amores hasta la noche.
Al encontrarte no podre dejarte
después de ayer nada es igual
Clavaste tu saeta, rompiste mi blusa
Y llegaste a mi corazón.
Al encontrarte te besaré cada vez más,
hasta finalizar en el reflejo de tu sombra,
hundirme en tus besos, sacar tu aliento
como fuente turbia y manantial corrompido.